jueves, 13 de octubre de 2011

Despistes geneticos


* En una ocasión, realizando una reforma de un negocio familiar, mi hermano cortaba una madera con una sierra eléctrica mientras mi madre sujetaba esta para ayudarle. De repente y sin más previo aviso, mi madre se quita un zapato y comienza a golpear la tabla repetidamente y con frenesí. Mi hermano atónito y perplejo para y la pregunta que qué hace, a lo que mi madre responde que si no lo ve, matar las pulgas que no paran de saltar en la tabla.
Todos comenzamos a reír al unísono menos mi madre que nos miraba sin comprender y tuvimos que explicarla que no eran pulgas sino el serrín que salía al cortar la madera y que con las vibraciones de la sierra eléctrica votaban.

*En otra ocasión éramos mi tía y yo quienes acompañábamos a mi madre a realizar unas gestiones en unas oficinas de unión fenosa. Se sentaron las dos frente a la secretaria y yo permanecía de pie al lado, en esto que suena un teléfono móvil en el bolso de mi madre y esta comienza a buscar dentro y al cabo de un rato veo que saca del bolso un mando a distancia de un televisor y se lo pone en la oreja.- ¿Diga?…no se oye nada… ¡Diga! 
La cara de la secretaria era todo un poema. Con los ojos muy abiertos y perpleja ante tan surrealista situación y los pómulos tensos de aguantar la risa. Entonces mi madre le pasa el mando a distancia a mi tía diciendo.- A ver si tú sabes como va esto que yo no me entero.
Mientras mi tía cogia el susodicho mando el verdadero teléfono seguía sonando desde el interior del bolso. Se pone mi tía el mando en la oreja al igual que mi madre y dice.- ¿Quién es? No se oye ¿diga?
Entonces, no aguante mas y comencé a reírme a lo que me acompaño la secretaria que ya no podía mas y tuve que explicar a mi madre lo que ocurría, aunque el teléfono móvil ya había dejado de sonar. Fue entonces cuando las dos despistadas también comenzaron a reír sonrojadas.

*En esta tercera ocasión le tocaba el turno a mi padre, que se disponía a salir a la calle a comprar el pan, cuando se encuentra a dos vecinas en la escalera hablando y va a preguntar a una de ellas por su marido pues estaba enfermo. Estas que antes de llegar mi padre estaban hablando de su perro al que acababan de cortar las orejas para que las mantuviera rectas, piensan que se quiere unir a la conversación del perro, cuando la realidad es que mi padre preguntaba por el esposo.
   La conversación fue la siguiente:
-Hola ¿Qué tal esta el pobre? -pues ahí le tienes, con las orejas vendadas.
-¿Y eso? ¿Que le ha pasado ahora?
-Pues nada, los niños que se empeñaron en que las tenia muy grandes y le colgaban mucho.
- pobrecillo ¿puedo pasar a verle?
-pasa pasa, esta en la cocina.
A esto que mi padre pasa dentro y se le oye exclamar ¡leche, pero si es el perro!
Pueden imaginarse las carcajadas de las vecinas mientras le preguntaban.- ¿Pues de quien te creías que hablábamos…?


*Para terminar; Llegaba mi padre del trabajo a casa y al meter la llave en la cerradura, no atinaba. – ¡Joder, ni que estuviera borracho! ¡A ver si me he equivocado de llave!
Tras comprobarlo y ver que todo estaba correcto, piensa que se ha equivocado de piso, mira al lado del ascensor y ve.- Quinto ¡ostia, pero si es el mío! Por lo que vuelve a intentarlo, sin resultado.
Es entonces cuando una anciana abre desde el interior y con la cadena de seguridad puesta y cara de asustada, pregunta -¿Quién es usted?, ¿Que quiere? – ¡OH! Perdone, he debido equivocarme.
Efectivamente, se había equivocado no de piso sinó de portal, pero lo extraño de todo es que subió los peldaños del portal con diferentes tramos al nuestro, diferente moqueta, diferente portero, ¡Que le saludo! Y pensó que iría a ver a algún vecino, y diferente decoración de ascensor así como felpudo. Sin percatarse de nada de ello.Lógicamente, Fue la comidilla de todos los porteros de la manzana durante semanas.

No cabe duda que con estos genes en el cuerpo, en el futuro yo tambien vivire despistes similares.

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